Características regionales
En las diferentes regiones del país, y de acuerdo con las características de cada una de ellas, se explotan materias primas, se producen alimentos, se fabrican bienes y se prestan servicios. Según las actividades que las distinguen, las regiones pueden ser consideradas como unidades pesqueras, mineras, minero-agrícolas, industrializadas, silvoagropecuarias o ganaderas.
Región de Tarapacá*, región pesquera
Desde el último tercio del siglo XX, el desenvolvimiento económico de Tarapacá ha puesto énfasis en la extracción de especies marinas, transformándose este recurso, junto con la minería, en el principal de la región. El turismo, rubro que tiende a consolidarse, establece sus bases a través de gestiones armónicas entre el sector público y el privado. Asociado a este, el comercio de la zona franca de Iquique mantiene esta tendencia ascendente.
El sector más dinámico de la región es la minería, destacando el inicio de la producción del megaproyecto "Doña Inés de Collahuasi", ubicado en el altiplano, a 4.400 m sobre el nivel del mar, con la producción de cobre fino. La minería no-metálica también presenta indicadores altos, destacando la producción de cloruro de sodio.
Tarapacá: la producción agropecuaria
La actividad agrícola se concentra en las cuencas exorreicas capaces de acumular nieve para proveer de agua a los cultivos. Los valles del desierto que poseen esta característica son los de Lluta, Vítor, Camarones, Camiña y Tarapacá. En ellos, así como en los oasis de Azapa, Pica y Matiña, los cultivos de hortalizas, cítricos, olivares, forrajeras y cereales son característicos.
Más allá de los 2.500 m de altura, es posible la producción de papas, maíz y orégano, así como una ganadería menor, especialmente de auquénidos. La ganadería se nutre con los bofedales del altiplano y los tamarugos de la pampa. En el altiplano, los recursos pecuarios y mineros concentran la mayor cantidad de mano de obra.
Tarapacá: el sector minero
El sector minero contiene reservas de cobre, plata, oro, salitre, potasio, azufre, sulfato de aluminio y mármol. Del salar Grande, el más extenso del mundo, se extrae sal.
Entre los minerales metálicos, los yacimientos de cobre son los más significativos. Entre ellos se encuentra el mineral de Sagasca, que en la actualidad forma parte de la llamada mediana minería. El cobre, el oro y la plata también tienen trascendencia económica.
Los minerales no-metálicos conforman la riqueza minera más importante de Tarapacá. El salitre, cuya explotación comenzó en el siglo XIX, en la actualidad se emplea como materia prima de explosivos, fabricación del vidrio y, también, como fertilizante agrícola. Los principales campos salitreros de la región se localizan en la depresión intermedia.
Antofagasta: el sector industrial
En Antofagasta, la industria se halla en estrecha relación con la actividad minera. Esto se materializa en la existencia de plantas procesadoras de minerales que dan lugar a la elaboración de ácido sulfúrico, fertilizantes y cemento, entre otros productos.
En cuanto al rubro de las manufacturas, las más significativas son las alimenticias, la de vestuarios y muebles.
Antofagasta: otros recursos productivos
En la II Región, la principal fuente de energía son las centrales termoeléctricas. Sin embargo, la zona cuenta con fuentes de energía geotérmica, como la central El Tatio.
Por su pasado indígena, materializado en monumentos arquitectónicos y en la artesanía, la región posee también un indudable atractivo turístico que se concentra en San Pedro de Atacama y en algunos pueblos del altiplano.
Atacama: la producción agropecuaria
En los valles de los ríos Copiapó y Huasco se concentra la actividad agrícola de la III Región. Esta se basa en frutas y hortalizas que se comercializan tempranamente hacia el centro del país pues, gracias a las condiciones climáticas existentes, maduran antes que en otras regiones del país
También es posible encontrar cultivos extensivos y tradicionales de trigo, cebada y maíz, y, en el valle del río Huasco, floricultura destinada, en su mayoría, a los mercados extranjeros.
En la región se encuentra también la plantación de olivos de mayor extensión del país, cuya producción está destinada a la fabricación de aceite, además de aceitunas de mesa.
Gracias a las condiciones climáticas y de suelo, más la disponibilidad de agua, los valles de la III Región han podido desarrollar una producción de alcoholes y pisco muy apreciada por su calidad.
La IV Región tiene una antigua tradición minera que, en el siglo XIX, la transformó en una productora de cobre de nivel mundial. Actualmente, solo algunos yacimientos cupríferos pertenecientes a la pequeña y mediana minería están en operación.
La mina Los Pelambres, situada al interior de Illapel, junto al límite internacional, representa la principal reserva potencial de cobre. El hierro suplantó al cobre como principal actividad minera de Coquimbo. Si hasta 1952 fue El Tofo una de las principales minas de hierro en el mundo, hoy, El Romeral abastece la siderúrgica de Huachipato y exporta a través del puerto mecanizado de Guayacán. La producción de hierro regional representa algo más de un 47% del total del mineral producido en el país. En Coquimbo, además, se produce el 100% de la producción nacional de manganeso.
Coquimbo: región turística
Observatorio El Tololo
En las últimas décadas, la IV Región se ha transformado en un centro turístico nacional e internacional. A los bosques relictos de Fray Jorge y Talinay, se han sumado las playas y balnearios existentes en las áreas adyacentes a las ciudades de La Serena y Coquimbo.
Importantes inversiones inmobialiarias entre estas dos ciudades, así como las realizadas en Tongoy y sus inmediaciones, han permitido potenciar una actividad que, gracias a las condiciones de su litoral, las riquezas culinarias obtenidas del mar y el encanto de sus valles cordilleranos, atraen cada vez más visitantes nacionales y extranjeros.
